lunes, 12 de enero de 2009

"El extraornidario camleónico de Chinoy"

Avanza sigiloso entre la espesa bruma de notas que emergen de quienes no actúan. Los chismosos. Chinoy es un suceso curioso, es el conductor de sus desiciones. Lo sabe y los demás también. Es trasparente por las tardes y un huracán cuando le intentan robar su confianza. Siempre la brinda a quien mas la busca, y a diferencia de los que buscan, él siempre encuentra.

Por las tardes se le ve volar junto a las aves, rumbo a un lejano paraje, en donde el sol le mira y se sorprende. La paz es su vestimenta habitual y la derrama por montones. En ocasiones, surge , uno que otro disparatado que le llama loco y él solamente se ríe de esa cara ignorante, de la exigua comprensión de unos pocos.

Chinoy, desde su nacimiento ha permanecido callado, no por que no pueda hablar, más bien; ha decidido procesar cada una de las palabras del mundo y acariciarlas en su interior. Díce, con señas, que puede identificar oraciones por su sabor, los predicados por su forma y hasta clacificar por su color a los verbos. La cienca lo arrulla, le invita a decifrar las incógnitas del universo. En donde duerme despierto.

Trás un largo periodo de escases de información, tuvo que decidirse a interpretar los movimientos de los holgazanes de pensamientos. Era fácil. Perfecionó a tal modo su nueva adquisión, casi sensorial, que podía adivinar, en cualquier persona la forma en que reaccionaría a cualquier cirscunstancia,a pesar de ser un humano. Pronto se volvió un hábito y por las calles, señalaba cuando pasaría determinada persona, a derteminada hora.

En un día de aburrimiento, pues ya sabía cada cosa de las vidas de los devariados; se dejó atacar por la somnolencia inecesaria, sin embargo; se percato de algo inusual que cruzó por en medio del pueblo, como un canal de agua. Era una solitaria y bella sorda, él lo sabía y no importaba el por que.

Sigiloso la siguió hasta donde termina la tierra y empieza el mar de los placéres. Se sentaron en la orilla del fin del mundo, casi se podían tocar las luces del inicio de la vida. La volteó a ver y por primera vez susurró su primera oración:

"Creo que el infinito se acabará si tu decidieras a escucharme. Por que no hacerlo?; dime", dirigiendose a su pequeña oreja.

Despues de un largo silencio abismal, ella volteó, tomó una estrella azul-verde, se la obsequió y dijo:

"No escuchaba, por que esperaba que tú me hablaras".

Entónces, se perdieron en lo inmenso de una extraña explicación...

1 comentario:

  1. Hola! tu texto me recordó la novela "El Perfume" con final de cuento de hadas ;)

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